ANTIOXIDANTES Y EJERCICIO FÍSICO
En los últimos años, el consumo de suplementos ha aumentado. Estudios recientes (Knapik et al., 2016) nos muestran como los atletas han incrementado la ingesta de suplementos dentro del ámbito deportivo llegando a un 60%, aunque este valor puede quedarse incluso corto. Uno de los suplementos más utilizados dentro del mundo del deporte son los antioxidantes o multivitamínicos. No obstante, la duda ya pulula entre usuarios y redes sociales: ¿son realmente necesarios?
ANTIOXIDANTES Y EJERCICIO FÍSICO: ¿QUÉ ES UN RADICAL LIBRE?
El ejercicio físico provoca un aumento en la producción de radicales libres, contribuyendo a la fatiga muscular (Powers & Jackson., 2008). Estos radicales libres inducidos por el ejercicio pueden llegar a ser beneficiosos, pues de ahí surgen las adaptaciones positivas al ejercicio. Sin embargo, altas concentraciones de radicales libres o su abundancia durante periodos de tiempo prolongados ya pueden arrojar resultados contrarios a los primeros mencionados.
Un radical libre podría definirse como una molécula que contiene uno o más electrones no apareados en su órbita externa (Halliwell & Gutteridge., 2007). Estos electrones no emparejados son muy reactivos y promueven daño oxidativo a componentes celulares, lo que se conoce comúnmente como estrés oxidativo, pudiendo llegar a provocar una disfunción celular e incluso a la muerte celular. Realmente, el estrés oxidativo supra-fisiológico puede suponer varios problemas para la salud, tal y como recoge la imagen 1.
Imagen 1. Pham Huy et al., 2008
Sin embargo, las células contienen un sistema de antioxidantes endógenos (enzimáticos y no enzimáticos) y los antioxidantes ingeridos en la dieta contribuyen y cooperan con estos sistemas endógenos de defensa.
Debido a su supuesta eficacia para reducir el estrés oxidativo o debido a la evidencia de que los radicales libres promueven la fatiga muscular durante el ejercicio prolongado, se ha pensado que la suplementación con antioxidantes aumentará la capacidad de la fibra muscular para eliminar las especies reactivas de oxígeno y proteger contra el daño oxidativo inducido por el ejercicio (Reid., 2008).
EVIDENCIA ACTUAL: ¿SON ÚTILES? ¿EN QUÉ CONTEXTO?
Hoy día, el argumento a favor que más fuerza cobra con respecto a la suplementación surge en casos en los que se presenten deficiencias en el consumo de antioxidantes a través de la dieta (Powers et al., 2011). Es en estos casos es donde, tras previa valoración, se deberá pautar una dosis individualizada y personaliza para contrarrestar dicha carencia.
Por otro lado, aunque suene contradictorio, la mayoría de estudios actuales no apoyan el consumo de antioxidantes:
Hace 8 años, se realizó un estudio (Peternelj et al., 2011) para evaluar la eficacia de la suplementación con antioxidantes durante el ejercicio. En él, se concluyó que dosis elevadas de antioxidantes producen una disminución de los efectos beneficiosos inducidos por el entrenamiento, interfiriendo en diferentes procesos fisiológicos mediados por ROS (especies reactivas al oxígeno) o la vasodilatación.
Investigaciones posteriores (Merry et al.,2015) observaron las interferencias de los antioxidantes en los diferentes procesos mediados por ROS y RNS (especies reactivas del nitrógeno), concluyendo que podrían interferir en los procesos de adaptación propios del ejercicio. Estudios anteriores (Draeger et al., 2014) también registraron conclusiones similares sobre la interferencia de la suplementación con antioxidantes y el entrenamiento.
Estudios muy recientes (Harty et al., 2019) parecen apoyar el uso de determinados alimentos (principalmente frutas, vegetales y derivados de éstos) por sus efectos positivos sobre el daño muscular y, por ende, en la realización de ejercicio físico. Aquellos que presentan mayor evidencia parecen ser el jugo de cereza ácida, el jugo de granada, el jugo de remolacha y el jugo de sandía. Sin embargo, se debe prestar cautela a la hora de ver los resultados, puesto que la evidencia aún no es fuerte.
Por último, hace poco apareció un estudio muy interesante (Dutra et al., 2019) sobre la ingesta de antioxidantes y otras posibles «interferencias» que pueden causar en el organismo. En este caso, se evaluó la ingesta de vitamina C (1000mg/día) y vitamina E (400UI/día) sobre la composición corporal en mujeres. Como se puede observar en la imagen 2, aquellas que recibieron la suplementación con antioxidantes ganaron menos masa libre de grasa y perdieron menor cantidad de grasa respecto al placebo.
Imagen 2. Dutra et al., 2019
¿Pueden interferir los antioxidantes también en la composición corporal? Parece que sí.
CONCLUSIÓN
Salvo deficiencias, a día de hoy la mejor forma de consumir antioxidantes es mediante una dieta rica en alimentos que los contengan presentes. En la mayoría de los casos, la ingesta de antioxidantes debe ser ingerida a través de una dieta variada, siendo esta la mejor forma de conseguir llegar a las dosis óptimas. No obstante, existen casos concretos en los que los suplementos pueden ser necesarios, pero como siempre, el abordaje individual de casa caso es necesario para proceder de la mejor forma.
REFERENCIAS
– Draeger, C.L., Naves, A., Marques, N., Baptistella, A.B., Carnauba, R.A., Paschoal, V., et al. (2014). Controversies of antioxidant vitamins supplementation in exercise: ergogenic orergolytic effects in humans?. J Int Soc Sports Nutr; 11: 4.
– Dutra, M. T., Alex, S., Silva, A.F., Brown, L.E., Bottaro, M. (2019) Antioxidant Supplementation Impairs Changes in Body Composition Induced by Strength Training in Young Women. Int J Exerc Sci 12(2): 287-296, 2019.
– Halliwell, B., & Gutteridge, J. (2007). Free radicals in biology and medicine (4th edn.). Oxford: Oxford University Press.
– Harty, P.S., Cottet, M.L., Malloy, J.K., Kerksick, C.M. (2019). Nutritional and Supplementation Strategies to Prevent and Attenuate Exercise-Induced Muscle Damage: a Brief Review. Sports Med Open, 5(1):1. doi: 10.1186/s40798-018-0176-6.
– Knapik, J.J., Steelman, R.A., Hoedebecke, S.S., Austin, K.G., Farina, E.K., Lieberman, H.R. (2016). Prevalence of Dietary Supplement Use by Athletes: Systematic Review and Meta-Analysis. Sports Med;46(1):103-23. doi: 10.1007/s40279-015-0387-7.
– Merry, T.L., Ristow, M. (2016). Do antioxidant supplements interfere with skeletal muscle adaptation to exercise training?. J Physiol;594(18):5135-47.
– Peternelj, T.T., Coombes, J.S. (2011). Antioxidant supplementation during exercise training: beneficial or detrimental?. Sports Med;41(12):1043-69.
– Pham-Huy, L.A., He, H., Pham-Huy, C. (2008). Free radicals, antioxidants in disease and health. Int J Biomed Sci;4(2):89-96.
– Powers, S. K., & Jackson, M. J. (2008). Exercise-induced oxidative stress: Cellular mechanisms and impact on muscle force production. Physiol Rev;88(4):1243-76. doi: 10.1152/physrev.00031.2007.
– Powers, S., Nelson, W.B., Larson-Meyer, E. (2011). Antioxidant and Vitamin D supplements for athletes: sense or nonsense?. J Sports Sci, 29 Suppl 1:S47-55. doi: 10.1080/02640414.2011.602098.
– Reid, M. B. (2008). Free radicals and muscle fatigue: Of ROS, canaries, and the IOC. Free Radical Biology and Medicine, 44, 169–179. doi: 10.1016/j.freeradbiomed.2007.03.002.